
A la memoria de Daniel L
Teníamos 20 años y
nuestra sangre corría a 140 pasos por segundo
La muerte no pesaba tanto
como ahora
La esquivábamos abrazando los sueños
y cosiéndolos a nuestra piel
Caminábamos sobre esquirlas de miedo
uno al lado del otro con una carcajada
Y un unicornio de origami
empujaba nuestros corazones al próximo latido
que ya no es este
Porque miro al cielo
y venus ha venido a alinearse
para convertirte en la más brillante de las estrellas
Quiero tejer hilos que devuelvan el tiempo
Quiero volver al último abrazo
y sostenerlo para siempre
Pero corriste más rápido
como un ángel que no mide el peligro
como un dios joven con el pecho amplio y tierno
Laten nuestros sueños en manada
Heridos
porque no alcanzó esta vida para amarte.
Texto: Daniela Prado
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